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Empezamos la caminata desde la plaza del barrio del Molledo en el término municipal de Santiago del Teide, rumbo hacia el Risco Blanco, (era una excursion de exploración del lomo para posibles nuevas caminatas), que se encuentra entre entre el Barranco de la Mancha de los Diez (mancha, trozo de tierra cultivable) y Barranco del Natero ( a la derecha bajando hacia el acantilado ).
Encontré a unas personas mayores del barrio (no me gusta decir del lugar, ni siquiera lugareño, no me suena bien). Nos saludamos y comenzamos el interrogatorio sobre las galerías que hay en los barrancos, pues nos respondieron que las del Sauce, Natero y el Jurado, dando agua en la actualidad y como todo lo relacionado con el agua, se hicieron obras hercúleas, como el túnel por donde discurre el canal entre el barranco de Masca y el Natero (1800 metros).
Por otra parte nos cuentan de un lugar llamado el Tiro del Guanche, de una cueva enorme llamada de los Alzados, dentro del barranco del Natero en la que cabía un camión dentro y que la gente la utilizaba para guardar las cabras, cuando la actividad económica de la zona, era la cuida de los rebaños de cabras, elaboración de queso, la elaboración de los higos porretos, que todavía Don Eugenio y Doña Candelaria del citado barrio los trabajan. Tambien la elaboración de la miel donde los paneles se elaboraban con troncos de palmeras y se forraban completamente con bostas de vaca y cenizas para supongo impermeabilizarlas.
La agricultura como dije antes se practicaba en las manchas, término que desconocía el significado aunque lo había visto en la cartografía. Y claro todo esto sin emplear ninguna maquina ni siquiera animal, todo tenía que cargarse a hombro, algunas de estas personas como Don Fernando de ochenta años de edad, todavía las encuentras lúcidas y fuertes en el barrio, que me contó que toda su vida había transcurrido en las actividades en el barranco y ocasionalmente se desplazaba a Santa Ursula a vender cebollas, ajos, quesos, etc. y traer de vuelta papas de semilla. (esta práctica era corriente).
Llegado este punto se preguntarán porque esta parrafada, primero que desde el primer momento me quede atrás, todavía débil y desentrenado. Los pulmones no me permiten seguir el paso de mis compañeros de excursión y esto me permite ir a mi aire, paisajeando, haciendo fotos a todo lo que me llamaba la atención y entablar conversación con todos las personas que encontraba por el lugar cuanto mas edad mejor, mas humildad, mas conocimiento, archivos vivientes de formas de vida, alimentación, trabajos que actualmente hoy la juventud no puede ni siquiera imaginar.
Uno de mis contertulios en la plaza del Molledo ya de regreso, me cuentan que su padre una vez, tuvo que, amarrado a una soga, dejarse caer en vertical (rappel hoy día) hasta donde estaba una cabra andenada, pues bien esta operación se realizo con la citada cuerda amarrada a la cintura del cabrero y el otro extremo a una piedra firme rodeada de un saco de tela, para evitar que el roce de la cuerda con la piedra no la rompiese, pues bajo hasta donde se encontraba la cabra unos cincuenta metros abajo, la ató y entonces la izaron, una sola cabra en una familia era vital para la alimentación de la misma.
Conocí una pareja de alemanes posiblemente jubilados aunque no se lo pregunte. Muy interesante, ella conocedora del lenguaje español, el no dijo ninguna palabra en español. Estuvimos hablando largo rato sobre el paisaje, que contemplábamos desde las casas de los Quemados, la conversación derivo hacia la decisión de Merkel, la presidente de Alemania de cerrar centrales nucleares. Me pregunto ingenuamente por los senderos que hacía, claro desconocía que habitualmente no caminamos por senderos. También esta señora alemana conocía y distinguía las dos tabaibas la amarga y la dulce, el cardón incluyendo su nombre científico. Conocía la toponimia de Masca y por supuesto el restaurante de comida del Palmar donde muchas veces comemos al finalizar la excursión, es decir sobre las ocho de la noche, el famoso pollo asado y por supuesto la variedad de postres, casi siempre innovan ofreciendo el nuevo, el último que tenían era hecho con uno higos tunos salvajes de color rojo, conocidos como tunera india, con nombre científico Opuntia dillenii.
Opuntia dillenii
Un compañero me cuenta que la Tunera India, nombre vulgar o la Opuntia Dillenii, ha sido el objeto de estudio
en tesis doctorales en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
Opuntia dillenii
Un compañero me cuenta que la Tunera India, nombre vulgar o la Opuntia Dillenii, ha sido el objeto de estudio
en tesis doctorales en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
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