SENDEROS TENERIFE

domingo, 28 de agosto de 2011

Caminata del sábado 28/08/2011 Las Lagunetas (La Esperanza) PInolere (La Orotava)




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domingo, 21 de agosto de 2011

Caminata del sábado 20/08/2011 Pinolere-TrozodelCaminoChasna-PinoAlto-Pinolere


Pinus canariensis, el Pino canario1 o Pino de Canarias es una conífera endémica de las Islas Canarias.
El árbol adulto puede llegar a medir más de 40 m de altura y 2,5 m de diámetro su tronco, aunque lo normal es que tenga entre 15 y 25 m de altura y un diámetro de 1 m.  Fuente: (WIKIPEDIA)

En esta última caminata por las cumbres en el término municipal de la Orotava, me sorprendió gratamente, el trozo del camino de Chasna, con sus barandas de madera, los paisajes únicos del Teide, valle de la Orotava.

También me sorprendieron los pinos canarios, que encontramos a nuestro paso, por su altura y por el diámetro de   su tronco, que no pudimos abrazar entre los tres, serian necesarios cinco personas, para un pino que intentamos medir su diámetro con los brazos.




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pinus_canariensis



miércoles, 10 de agosto de 2011

Miércoles 10/08/2011 Un extracto del Libro de Sabino Berthelot. Primera estancia en Tenerife (1820-1830)

Afur
El angosto valle de Afur pertenece a una familia noble. Su actual propietario es el coronel D. Tomás de Castro. El caserío está constituido solamente por seis viviendas rurales. Los medianeros que allí viven pagan en calidad de uso de la finca un arrendamiento, consistente en una pequeña parte de la cosecha de trigo, una gallina y un ramo de flores. Este tributo varía según los términos del contrato, pero el señor coronel, dueño de siete mayorazgos, no es demasiado exigente y se conforma con lo que le llevan. Don Tomás vive en La Laguna; nunca a visitado sus propiedades de Afur, las que solo conoce por referencias.
La angostura de Taborno, que cruzamos después de haber dejado Afur, nos pareció lugar más ameno y mucho mejor cultivado. Nos quedaban tres valles más antes de llegar a La Punta del Hidalgo, donde nos detendríamos. Nuestro guía nos condujo por la orilla del bosque, a la sombra de laureles y hayas, mientras descendíamos a los talwegs para después remontar las aristas que separan esta serie de valles colaterales. Al Oeste de Taborno se yergue un roque colosal que se eleva, amenazante en lo alto del valle y como si intentara sepultarlo. Es el Roque de Chinamada, al que el mas osado orchillero en vano intentaría escalar. Las oquedades de sus paredes sirven de refugio a las aves de presa, y en la cima, desafiando el hacha de los leñadores, un bosque centenario. Formidables escarpes cierran el paso a este enorme cipo, al que desde la lejanía se confundiría con un monumento ciclópeo. Su aspecto sorprende y sobrecoge. El risco de Chinamada está suspendido sobre el abismo, y el caserío esta en lo hondo, al borde del barranco y al pie de la montaña. ¡Que espantosa catástrofe si este gigantesco frontón se desprendiera de su base y se precipitara de golpe en el valle!.


Después de pasar las degolladas del Batán descubrimos a lo lejos La Punta del Hidalgo. El barranco es menos fragoso, el relieve es más suave según se desciende hacia la costa y las laderas menos abruptas, dejan abiertos espacios más anchos. Todo cambia a nuestro alrededor a medida que nos acercamos al mar; el cielo, la tierra, el aire cobran un aspecto distinto. El oloroso tomillo, los brillantes inciensos y la algodonosa salvia sustituyen al bosque y a los frescos helechos. Vamos a través de esta olorosa región que un vivo sol ilumina y descendemos por las lomadas del litoral. La naturaleza cambia; aquí los balos, tristes y desmadejados como pequeños sauces llorones; los cardones, formados por múltiples fustes sin hojas, y del que mana un látex cáustico. Más allá, cactus erizados de picos, plantas monstruosas de hojas sin tallos, con los bordes llenos de frutos y de flores.


Los acantilados de Adaar, que debemos bordear para llegar a la Punta del Hidalgo, tienen más de quinientos pies de altura, y se prolongan hasta la desembocadura del Barranco del Batán. El mar, en días de temporal, viene a romper violentamente contra estos baluartes basálticos. Pero no advertimos señales de tempestad mientras descendemos por la escabrosa orilla del barranco. La ola llega tranquila a las cuevas submarinas que llenan de oquedades la orilla rocosa. Y de un modo intermitente oye bajo nuestros pies un sordo fragor.

sábado, 6 de agosto de 2011

Caminata del sábado 06/08/2011 CRUZ DEL CARMEN-LOS BATANES-PUNTA DEL HIDALGO


HISTORIA DE LOS BATANES
Se cree que la difusión de los batanes fue posterior a la de los molinos. La primera referencia que se tiene en España de los batanes es del siglo XII, unos documentos con fecha de 1160 sitúan dos batanes cerca de Gerona.
Los batanes se extendieron por España, siendo numerosos los existentes en Galicia y destacando la comunidad asturiana en la que, a mediados del siglo XVII, había cerca de 200. Hoy en día la mayoría de ellos se encuentran en estado ruinoso o incluso totalmente desaparecidos, siendo muy pocos los que se conservan y siempre destinados únicamente a museo.
Un ejemplo de batán-museo, en la provincia de A Coruña, está en la parroquia de Mezonzo en el ayuntamiento de Vilasantar. Se cree que fue construido por los monjes que habitaban el monasterio de Mezonzo, donde ahora se encuentra la iglesia parroquial que data del siglo XII. De ser cierta esta creencia popular, sería uno de los batanes más antiguos de España. Este batán estuvo en funcionamiento hasta el año 1954, momento en que se abandona hasta su restauración en el año 2001 pudiendo ser visitado en la actualidad por el público.
Mientras estuvo en activo, el batán funcionaba desde el mes de febrero hasta junio. Durante el verano permanecía cerrado porque el río no tenía suficiente agua para su accionamiento y en el invierno no se podía utilizar porque era muy difícil el secado de las mantas.
Otro ejemplo de batán-museo se puede encontrar en la provincia de Huesca, concretamente se ubica en la localidad de Fiscal en la comarca del Sobrarbe. Se le conoce como el Batán de Lacort.
Aunque no tan conocido como el episodio de los molinos de viento, también en El Quijote aparecen los batanes.
FUENTE: WIKIPEDIA




Archivo:GeraniumFlowerUnfurl2small.gif



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Funcionamiento de los batanes


Batán en el pueblo de Aniezo (CantabriaEspaña)
El emplazamiento de los batanes siempre es en la orilla de los ríos para aprovechar su fuerza hidráulica. En el cauce del río se construía una pequeña presa, desde ella el agua era conducida por una canalización con fuerte pendiente hasta la rueda. Al impactar el agua contra las cucharas de la rueda, esta comenzaba a girar llevando solidario el eje y poniendo en funcionamiento todos los mecanismos del batán. Al moverse la rueda se accionaban los mazos que comenzaban a golpear las mantas.
Otro pequeño canal conducía un poco de agua hasta la cuba para mantener mojadas las mantas durante buena parte del proceso, evitando su desgaste por rozamiento. Este chorrito de agua, a la vez también servía para refrigerar los soportes del eje.
FUENTE: WIKIPEDIA