decimocuarto sendero La Esperanza hasta la Orotava (La Caldera)
11/07/2009
La caminata transcurre durante unas nueve horas desde la Esperanza, por la pista el Acebiñal, hasta el parque recreativo La Caldera en la Orotava.
En este sendero en pleno mes de julio (calor) lo primero que recuerdo hoy domingo, día siguiente a la caminata, es que nos dimos cuenta que a las trece horas (13:00) , practicamente nuestros cuerpos proyectaban apenas sombra es decir teníamos al Sol en la parte mas alta, de su elevación sobre el horizonte, ya que al ser las trece horas (la hora legal) la que en teoría se hace para que consumamos menos energía, no es la hora solar. Es decir en realidad las trece horas en Canarias, es en realidad el mediodía.
El camino practicamente fué en todo su recorrido una pista forestal que arranca en El Rosario, atravesando los términos municipales de, por el lado norte Tacoronte, el Sauzal, la Matanza, Santa Ursula, y finalmente la Orotava. Lado sur, costa de el Rosario, Candelaria y Güimar. Terminamos en la Caldera en el término municipal de la Orotava.
En cuanto a la flora, vimos unos cuantos pinos canarios que dificilmente pueden abrazar tres hombres el tronco de ellos.Siempre he oído que en Vilaflor se necesitan ocho hombres para abrazar un pino que existe allí.
Atravesamos dos reservas naturales especiales, las primeras denominada Las Palomas y la siguiente Pinoleri.
Tomé casi trescientas fotografías del recorrido.
Me llamó la atención un cartel publicitando un centro de producción de semen para inseminación artificial de cerdos, en la finca de el Colorado en el municipio de el Rosario. Supongo que los berracos se criaran en ese centro, y no en las granjas, cada uno por su cuenta, podría se una buena idea para la mejora del porcino.
La Casa del Agua, en el término municipal de la Orotava.
La Cordillera dorsal de Pedro Gil
Varias veces avistamos los pueblos de la costa norte
También un roque chico con un pino bastante fuerte creciendo en lo alto del roque, si me lo cuenta no me lo creo, mejor que lo vean por ustedes mismos.
Leo en el Diario de Avisos de hoy Domingo una entrevista a Don Wolfredo Wildpret de la Torre, magnifica sobre el desarrollo sostenible, recuperación del Monteverde, Laurisilva, la recuperación del cedro canario.
El Cedro canario, que llego a estar en peligro de extinción, de media docena en zonas innacesibles se ha pasado a cerca de trel mil, se había reducido debido a una sobreexplotación maderera.
Especies aloctonas, no propias de la isla.
Bueno al parecer hay dos zonas que permanecen practicamente vírgenes si las comparamos con otras zonas de la isla de Tenerife, y son el macizo de anaga y el macizo de teno.
Por supuesto no paso por alto el famoso mar de nubes que se forma en el Valle de la Orotova, a paracer intervienen en su formación los vientos alisios, esa humedad permite una frondosa vegetación, la laurisilva
La altitud de la isla favorece que haya vegetación, que frena la desertización.
Se afirma que existen sobre mil novecientas especies de las cuales quinientas son endemismos de la zona macaronesica (archipielago de Cabo verde, Islas Canarias, islas salvajes, Madeira y Azores).
Los endemismos mas destacables son los cardones y las tabaibas (que por cierto son especies que provienen de la era terciaria).
Caminando vi una piña verde y se me ocurrió cogerla con la mano, rápidamente se me lleno la mano de una sustancia pegajosa que debía ser resina. También y estando un compañero algo despistado cayo ladera abajo una piña seca que se había desprendido, con el consiguiente susto.
Laurel canario, acebiños, barbuzanos, til, viñatigos, fayas,
El Fayal-Brezal.
La vegetación también la encontramos cubierta de musgos y líquenes.
También en las zonas mas altas encontramos los Codesos, Taginastes, las retamas.
Los vientos alisios ascienden al entrar en contacto con las laderas (relieve) de la parte norte de las islas occidentales. En ese ascenso, el aire se condensa originando las nubes conocidas como mar y que se estima que puede estar entre los novecientos cincuenta y mil quinientos metros.
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